Este enorme conjunto, desarrollado en 3 niveles, es hoy en día difícilmente visitable a consecuencia de un enorme derrumbe de su fachada, acaecido en los años 80. Se trata de un granero fortificado acantilado, el más grande de la comarca de Guadix junto con el del Cortijo del Tablar.

Se accedía a él por una única puerta protegida por una buharda. El primer nivel comporta varias cuadras con pesebres. El segundo estaba compuesto por varias celdas que se abrían sobre un largo pasillo paralelo a la fachada. Las últimas habitaciones deberían corresponder a buhardas que protegen el pasillo y a puestos de vigilancia.

La presencia de esta estructura, coetánea de la cueva de la Tía Micaela de Cortes y Graena, permite remontar la ocupación del asentamiento de Marchal al menos desde finales del s. X / principios del XI.

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