El sepulcro 239 está vinculado al poblado de Hoyas del Conquín, cuyo origen se remonta al Neolítico Final. Su construcción se remonta al periodo del Cobre Pleno y estuvo en uso hasta el Cobre Final.

Fue localizado, parcialmente expoliado, durante la campaña de 1999. Es un dolmen de corredor pentagonal simple (1,56 m x 1,62 m y una altura conservada de 1,42 m). En su interior apareció un cuenco semiesférico pequeño muy fragmentado, restos de un segundo y dos puntas de flecha (con pedúnculo y aletas y otra romboidal).

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