El dolmen 65 es conocido por los pastores de la zona como «la Cobertera», pues servía como refugio con el mal tiempo. Su gran tamaño (3,40 m de longitud x 1,90 m de anchura y una altura conservada de 1,55 m) y el hecho de conservar parte de su cubierta lo convierte en uno de los más vistosos del área arqueológica de las Majadillas. Tiene una planta trapezoidal con entrada mirando hacia el sureste y aún mantiene de la cámara ocho ortostatos laterales más el de cabecera, el de acceso a la cámara y una losa de la cubierta. Del corredor de acceso aún se conservan dos ortostatos.

Del perímetro del túmulo se conservan los restos de un anillo de piedras de mediano tamaño en su lado izquierdo, describiendo un anillo radial a 1,50 m del dolmen, con una disposición ovalada adaptándose a la configuración de la planta trapezoidal. La entrada de las piedras del corredor, se encuentran delimitadas por piedras planas a partir de las cuales enlazaría el anillo perimetral. El terreno y afloramiento de rocas y conglomerados a un metro escaso del anillo en su lado izquierdo, serviría para la contención natural del túmulo. En su lado derecho no se ha docunentado anillo perimetral, no descartando su afloramiento a mayores cotas de profundidad.

Luis Siret localizó en su interior dos puntas de flecha, un microlito de sílex, un fragmento de un punzón de hueso y un punzón de cobre. García Sánchez y Spahni encontraron varios fragmentos de sílex y restos humanos correspondientes a un adulto y a un niño.

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