El Cardal, conocido también como fortaleza de Ramella, se ubica en la zona este de la comarca del Marquesado del Cenete, dentro del término de Ferreira. Posee un gran interés metalogenético por la alta riqueza de sus menas de hematites. Está situado a 1235 msnm en un cerro amesetado con una superficie de 4.365 m². El contexto y, especialmente, la gran concentración de escorias de hierro, que puede observarse en la falda meridional del cerro, permiten considerar que la minería fue su actividad principal; en relación con la misma, se constata en la ladera oriental la existencia de una boca de mina, colmatada actualmente, que parece orientarse hacia el interior del yacimiento.

El asentamiento se encuentra delimitado por un recinto amurallado doble; el más periférico ocupa la mayor parte del entorno del cerro, mientras que el segundo se proyecta en su parte superior. El amurallamiento externo está constituido por un muro simple de 1,8 m de anchura sin que observen indicios de fortificaciones complementarias, tales como torres o bastiones. En el espacio entre el amurallamiento periférico y el recinto interior se constatan la existencia de diversas estructuras correspondientes a posibles viviendas distribuidas entorno a una calle paralela a la muralla. El ordenamiento del recinto interno configura una superficie rectangular de 22 m de anchura en dirección norte sur por 60 m de largo en dirección este-oeste con una gran torre maciza en su ángulo noroccidental. El grosor de los muros es variable; sus lienzos poseen una anchura máxima de dos m y mínima de un m en el sector occidental. En el ángulo nororiental del recinto interno del asentamiento no se observan actualmente restos de la continuidad de la muralla; las estructuras conservadas corresponden a una posible torre de planta trapezoidal con muros de grosor superior a los conservados en el resto del recinto; su interior configura un espacio de las mismas características; en algunas zonas del mismo se observan estructuras rubrefactadas, cuya funcionalidad resulta dificil de discernir, dado su estado de conservación.

A juzgar por la cultura material detectada en superficie, el periodo de mayor intensidad en la ocupación de El Cardal va desde finales del s. III a. C. a principiosdel s. I a. C.

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