El edificio actual ha sufrido numerosos cambios y ampliaciones respecto a su estructura original. La primitiva iglesia fue construida entre 1545 y 1562 por el albañil Francisco Roldán y el carpintero Bartolomé Meneses. Tenía entonces una nave con capilla bautismal anexa y cabecera ochavada. En distintos momentos se le fueron añadiendo la capilla mayor, la torre con su airoso campanario, las dos naves laterales y diferentes capillas. En el siglo XIX sufrió dos incendios tras los cuales se rehicieron sus armaduras pero con una estructura prácticamente funcional; en 1983-1985 fue nuevamente restaurada toda la iglesia. De lo antiguo conservado, lo más notable es la preciosa armadura que cubre la capilla bautismal, cuajada de lacerías mudéjares, y, sobre todo, la portada principal. Dicha portada es una de las más elegantes de la Comarca, por corresponder al renacimiento pleno. Es de orden jónico y fue realizada por el cantero Pedro de Riaño, entre 1560 y 1562; la diseñó Juan de Arredondo, maestro mayor en ese momento de la catedral de Guadix. Dicha portada estuvo anteriormente en un lateral y al trasladarla acondicionaron un balcón a cuyos lados aparecen los escudos de los obispos Martín de Ayala y Melchor Álvarez de Vozmediano. En su interior, diversas imágenes, en su mayor parte modernas, mantienen vivas antiguas devociones, como la del patrón San Buenaventura, San Blas, San Antón, la Virgen de los Dolores o el Crucificado que preside su altar mayor.

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